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En la década de los 60 se preveía que se iba a producir una aumento excesivo de los pasajeros de transporte aéreo y que los aeropuertos parisinos de Orly y de Bourget iban a saturarse. Es por eso que los poderes públicos franceses se plantean hacer un nuevo aeropuerto en la capital.
 Compraron unos terrenos, a más de una veintena de kilómetros del norte de la capital, porque poseía unas ventajas que los otros aeropuertos no tenían. Además, allí no había casi demoler nada para empezar a construir y no habría problemas de espacio para aumentar el aeropuerto, en caso de futura saturación.
Así en 1974 se acabó la construcción de la primera Terminal del aeropuerto Charles-de-Gaulle, tras diez años de intenso trabajo.
Esta primera Terminal posee una forma circular a lo largo de la cual se han construido cómo “satelites”, que son los que acogen los aviones. Esta estructura cuenta con varios pisos y los pasajeros acceden de unos a otros mediante escaleras mecánicas que atraviesan la zona.
La segunda Terminal fue inaugurada en el 1982 y esta está inspirada en la filosofía de las terminales modulables. También se ha construido una Terminal 3, que es una especia de hangar gigante con muchas salas de embarque, y que acoge los vuelos charter y los de bajo coste.
Actualmente, Charles-de-Gaulle es el segundo más importante en número de pasajeros de Europa (después del aeropuerto de Londres) y el séptimo del mundo. En número de tráfico aéreo, Charles-de-Gaulle si que es el primero de Europa.
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